EL PUENTE CUÁNTICO

Desde muy pequeña, sentí una profunda curiosidad por lo divino y lo espiritual. Mi padre, Reinaldo Fernández, era miembro de la orden Rosacruz, y sus revistas llegaban a casa como ventanas a un mundo místico que, aunque no comprendía del todo, resonaba en mi ser. A los 8 años, ya leía esos textos y, sorprendentemente, podía entender gran parte de su contenido, a pesar de mi corta edad y falta de experiencia. Más tarde, tomé clases de metafísica con mis tutores Rafael y Pedro, quienes me ayudaron a descifrar los mensajes detrás de mis sueños y experiencias espirituales, algo que vivía desde niña pero que no siempre lograba interpretar.
Siempre he tenido una conexión especial con los animales y la naturaleza, como si fueran parte de mi esencia. Soy una emprendedora nata, y aunque he enfrentado fracasos, cada uno de ellos me ha enseñado lecciones valiosas que me han permitido levantarme con más fuerza. Hoy, a mis 36 años (próxima a cumplir 37 en julio), he decidido compartir mi camino a través de la escritura, guiando a otros hacia una manifestación espiritual exitosa, mientras sigo aprendiendo de este mundo maravilloso, tanto terrenal como espiritual.
Mi vida ha sido un constante dar y recibir. He ayudado a muchas personas, y he comprobado que, mientras más das, más recibes de formas inesperadas. Este es mi propósito: compartir, guiar y crecer junto a quienes buscan encontrar su propia luz en este viaje espiritual.
"Soy un alma en constante evolución, aprendiendo y enseñando, dando y recibiendo, en este hermoso baile entre lo humano y lo divino."