Alan Kramer se despierta con un fuerte dolor de cabeza, la habitación está en las penumbras del amanecer, con sorpresa comprueba que está en su habitación dentro de un ataúd. A su lado hay una mochila con recursos para un viaje y raras instrucciones. Comprueba que todo está en ruinas y deteriorado como si hubieran pasado cientos de años.
Al salir a la calle encuentra que la ciudad está abandonada, sólo la habitan extraños animales evolucionados a partir de los que él conociera, pero de talla y ferocidad singulares. Logra escapar con dificultad. Encuentra a una muchacha, que está en su misma situación y juntos llegan a un lugar protegido del mundo exterior por una gigantesca burbuja, es el Instituto, dirigido por un grupo de científicos y la poderosa computadora Macrotrón, allí se conocen a un equipo de investigadores que tienen como misión reconstruir el mundo que había sido destruido por un colapso ecológico. Se integran a las tareas del grupo y hacen amistad con Akiro, un joven japonés que con ellos comparte la inquietud de su pasado, su extraña resurrección y las incógnitas de ese mundo desgarrado.