Joaquín Valverde es un hombre de clase alta, de 65 años. Es empresario, es dueño de una importante Joaquín, es un hombre noble, inteligente, un gran empresario, millonario y viudo. Es justo y apasionado, educado, caballeroso y romántico. Tiene un hijo único Ignacio: comprometido con Esther Lozano, de 30 años, con quien está a punto de casarse. Ignacio Valverde, de clase alta, es hijo único de Joaquín, tiene 35 años, soltero. Ignacio es empresario como su padre. Es el hijo ideal, y está comprometido para casarse con Ruth, con quien quiere formar una familia. Ruth Rabinovich, de 30 años, una mujer judía, guapa, educada, generosa, simpática, noble y millonaria.
Esther Lozano, es de clase media, es una mujer de 40 años, amante y prometida de Joaquín. Muy guapa. Ex modelo. Es una mujer fría, arribista, superficial, de mala entraña, capaz de lo que sea para salirse con la suya incluso de asesinar o mandar asesinar. Es dura y traicionera. Es, además, amante de Artemio Matamoros, de 45 años, un tipo capaz de matar con tal de salirse con la suya. Frío, despiadado y ambicioso, un asesino. Joaquín vive con su hijo y su hermana Gudelia Valverde, de 60 años, noble, simpática, inteligente, romántica, cariñosa y leal. Es soltera y a esas alturas del partido, reaparece en su vida Víctor Hugo Gardel, de 63 años, un actor que fue el amor de su vida, pero por prejuicios de su familia en el pasado no pudieron realizar su amor y ahora, ya viudo Víctor Hugo y con dos hijos, la busca y tienen un encuentro maravilloso que será para siempre.
Ni Ignacio, ni Gudelia, están de acuerdo con que Joaquín se case con Esther, porque les parece una arribista y no están equivocados. Joaquín, a pesar de todo se casa con Esther, su familia tiene que aceptarlo, porque lo ama. Apenas un mes después, cuando Ignacio y Ruth están felices, a una semana de casarse, Artemio compra a Urbano Solís, el ingeniero que cuida al avión de Ignacio y le ordena que lo descomponga. Se produce el accidente deseado en el que mueren Ignacio y Ruth. Artemio, mata después a Urbano. Joaquín cree morir del dolor ante la muerte de su único hijo, lo mismo que Gudelia. Joaquín se hunde en una depresión. Mauricio Montes de Oca, su amigo abogado de toda la vida, le recuerda que, en su juventud, él donó semen a un banco de semen y le aconseja averiguar si gracias a eso tuvo otros hijos. Un detective investiga, y le informa que tiene 4 hijos. Tres varones y una mujer. La noche en que Esther piensa asesinar a Joaquín, inyectándole una sustancia que provoca un ataque cardíaco y no deja huellas, pero él le anuncia que ha encontrado a cuatro hijos y está por conocerlos. Esther, furiosa, tiene que detener sus planes, ahora que hay nuevos herederos.
MIENTRAS VEMOS LA HISTORIA DE JOAQUÍN Y SU FAMILIA PARALELAMENTE ESTAMOS VIENDO LA HISTORIA DE LOS HIJOS DE JOAQUÍN.
El investigador le da los datos de sus hijos y Joaquín va a buscarlos. Primero busca a Teresa y Pedro Palacios. Teresa tiene 75 años y Pedro 37 y es sacerdote. Luego Joaquín busca a Ema y a Ana Lucía Rangel, su hija menor. Ema tiene 58 años y Ana Lucía 25 y es dentista cirujana maxilofacial. El día que aparecen en su casa Joaquín y Gudelia y les dicen el asunto que los trae, Ana Lucía no puede creer que su madre haya engañado a quien ella cree su padre, Rigoberto Rangel. Ema en realidad ni ella sabe si Ana Lucía es hija de Joaquín o de Rigoberto, ya que éste llegó cuando ella acaba de ser inseminada. El caso es que antes de que Ema pueda decir nada, llegan de la joyería de su esposo, Rigoberto, para avisar que éste se suicidó.
Luego Joaquín va con Gudelia a conocer a sus otros dos hijos, que son cuates, se trata de Claudio Zaragoza y Manuel Zaragoza, quien se hace llamar Manola, porque es Travesti. Tienen 30 años y aunque son cuates no se parecen mucho. Su madre, Gertrudis Zaragoza, de 65 años, no se enoja cuando se presenta Joaquín con Gudelia, y les exponen el motivo de su visita. Más bien, al contrario de Teresa, le agradece a Joaquín, que haya donado su semen, es muy feliz con sus dos hijos. Joaquín no pude creer que tenga un hijo travesti, pero hace esfuerzos por aceptarlo, con el tiempo tendrán una excelente relación, porque Manola es encantadora, al igual que su hermano, son dos muchachos muy nobles y llenos de valores y cualidades.
Todo iba muy bien hasta que Claudio que es el prometido de Ana Lucía, le dice a Joaquín, que su novia también acaba de encontrar a su padre y se descubre que Joaquín es padre de Ana Lucía. Claudio cree enloquecer de dolor, cuando se entera de que su novia es su hermana, no imagina su vida sin Ana Lucía. Cuando Ana Lucía se entera, le reclama a Joaquín su inconsciencia y le dice que si se da cuenta de que si su hijo Ignacio no se hubiera muerto, ella se hubiera casado con su propio hermano. Joaquín le pide perdón, no sabe qué decirle. Ana Lucía al ver profundamente afligido a Joaquín, se siente obligada por su nobleza a confesarle que es virgen, que no ha tenido intimidad con su hermano. Joaquín respira aliviado.
Es muy interesante el encuentro de Joaquín con cada una de las mujeres inseminadas, y cada uno de sus hijos. Joaquín nombra a su hijo Claudio subdirector de su empresa y pronto se da cuenta de que sus negocios no podrían quedar en mejores manos. A Manola le compra un club nocturno muy elegante para que pueda hacer su show de imitaciones de cantantes, que es su pasión. A Pedro, el sacerdote, le empieza a construir un centro de rehabilitación para adictos, ya que Pedro trabaja con drogadictos, pandilleros, y chicos con problemas y es su sueño tener un centro bien habilitado. Ana Lucía no acepta nada por el momento, pero más tarde cuando se pone a la venta la clínica dental de lujo en la que Ana Lucía trabaja, Joaquín la comprará para sorprenderla y Ana Lucía no pude sino aceptarla.
Gudelia está absolutamente feliz y realizada con sus sobrinos, es una tía por excelencia. Mientras que Esther está furiosa. Ahora los planes han cambiado: en cuanto Joaquín haga testamento, lo eliminará y conquistará al heredero, que ella piensa será Claudio, ya que no cree que Joaquín herede a su hijo Travesti, ni al
sacerdote, ni a su hija mujer. Esther tiene razón. Joaquín hace el testamento y ella logra verlo con artimañas. Deja el 40 % para Manola, Ana Lucía, Pedro y ella que es su esposa, un 10% para cada uno y el 60% es decir, toda su empresa para Claudio. Además, le deja la casa a Gudelia su hermana y una cantidad importante para las madres de sus hijos, tanto para Ema, como Teresa y Gertrudis.
Una vez firmado el testamento por Joaquín. Esther y Artemio matan a Joaquín con esa inyección letal que le provoca un ataque al corazón. La muerte de Joaquín toma a todos por sorpresa, porque nunca había padecido del corazón. Gudelia está destrozada. Los nuevos sobrinos, muy apesadumbrados porque amaban ya a Joaquín, lo mismo que Víctor Hugo, quien la adora. En el testamento Joaquín deja la mansión a Gudelia, y deja dicho que Esther se irá cuando ella lo decida. Gudelia la quiere fuera de la casa, porque nunca le ha gustado, pero Esther no se piensa ir, sigue comportándose hipócritamente con todos. Gudelia invita a Claudio a vivir con ella, porque todos los demás viven con su madre, excepto Pedro, que por supuesto vive en su parroquia. Claudio accede a acompañar a su tía, aunque ya está casada con Víctor Hugo, quien vive con ella.
Claudio, intenta olvidar a Ana Lucía, y se hace amante de Úrsula Cavazos, la ex asistente de Ignacio, y que ahora es su asistente. Úrsula tuvo un amasiato con Ignacio el hijo muerto de Joaquín, antes de que llegara Ruth. Úrsula es una arribista, que lo único que le interesa a sus 27 años es atrapar a un millonario. Su tirada es casarse con Claudio. Esther está furiosa de que Claudio ande con Úrsula. Esther le coquetea y lo seduce y a Claudio, le es indiferente y jamás se metería con la mujer que fue de su padre. Úrsula se da cuenta y se pone furiosa y trata de manipular a Claudio, se siente amenazada por Esther, él no se deja manipular.
Ana Lucía, sigue amando a Claudio, pero intenta una relación con Andrés Montes de Oca. Andrés es hijo de Mauricio, el amigo de Joaquín, Ema, la madre de Ana Lucía, sale con Mauricio y se ha comprometido con él. Andrés acaba de salir de una relación nefasta con una mujer mayor, pero poco a poco se va enamorando de Ana Lucía. Ana Lucía no le pude corresponder más que como amiga, porque sigue amando a Claudio a pesar suyo y sintiéndose muy culpable. Ema debido al accidente, sigue en coma y no puede revelar la verdad y el Padre Pedro tampoco porque el secreto le fue confiado por Ema en confesión. Andrés le ofrece un pacto a Ana Lucía: que se casen por el civil y le hagan creer a todo el mundo que están casados y son marido y mujer y así Claudio terminará por alejarse y olvidarse de ella. Andrés le ofrece no tocarla hasta que ella lo decida.
Así lo hacen. Sólo Federica Rocalloso, de 25 años, dentista y la mejor amiga de Ana Lucía, está al tanto de este pacto. Claudio, al casarse Ana Lucía, se emborracha, Esther se aprovecha y se las arregla para ponerle una droga en la bebida, al otro día, le hace creer que tuvieron relaciones sexuales. Él, no se acuerda de nada. Le dice que fue un error y que no volverá a pasar. Ella se enfurece, pero él
se sostiene y se sostendrá, nunca más volverá a tener nada qué ver con ella. Ana Lucía y Claudio no se resignan a pesar de que ambos intentan otras relaciones. Esther compromete a
Claudio diciéndole que está embarazada, pero el día de la boda se descubren todos los crímenes que ha hecho y la policía va a detenerla, ella vestida de novia, pide permiso para cambiarse de ropa, y aprovecha estar sola para suicidarse, pero la encuentran a tiempo y tendrá el castigo que merece.
Todos los demás hijos de Joaquín viven sus propias historias de amor y desamor, pero todos terminan con relaciones sanas y realizados. Al igual que Gudelia con Oscar y Mauricio con Ema. Lucía y Claudio finalmente pueden estar juntos y la novela cierra con su boda, y hermosas escenas de su luna de miel en Tailandia. Sobre estas imágenes vemos la palabra.
Tarjeta de crédito
Hacemos fácil la lectura
La comunicación especializada en escritores
